lunes, 28 de diciembre de 2015



Carlos Hernando Guevara Rodríguez
El último romántico del Sur.

Un Prólogo de la obra Evocación al tiempo y a la vida

Por Heldyn Guevara Revelo

Las arrugas en mi frente
Son los libros que he leído.

Hernando Guevara Rodríguez
(1929-2006)

Evocación al tiempo y a la vida, no es un libro común y corriente. No es una obra romanticona, ni “floripondia”, como diría María Mercedes Carranza. Tampoco refleja un Romanticismo europeo mal entendido, como lo asimilaron los poetas que se suicidaron en sus lágrimas. Hernando Guevara Rodríguez, El poeta del ovni, es el modelo referente, del Sturm Und Grand (Tormenta e ímpetu) alemán, anti racionalista, que con principios filosóficos de academia, multiplicó sus sentimientos en proeza emancipadora y patriótica. No tiene nada de Aurelio Arturo, ni amenazó nunca en sus sonetos atragantarse con su imitación para lograr un escaño en la literatura nariñense. Su anonimato atacado por cobardes políticas, no impidieron que su inmortalidad la obtuviera en el ejemplo que les dejó de herencia a los maestros del amor sureño: transformar lo local de su terruño en lo universal de la irreverencia. 
   Su obra no posee un título soberbiamente metafórico para revelar una vida como lo han hecho, a excepción de Proust y su obra A la recherche du temps perdu (En busca del tiempo perdido), los autores de libros comunes y corrientes. Es una obra que demuestra de principio a fin que el autor es consciente que la vocación literaria no es un don divino, fanático y vanidoso, subordinado de la inspiración, sino el resultado de la experiencia vivida.
Y más que una confesión honesta, es una denuncia valiente de las debilidades masculinas por la mujer. La naturaleza, la religión y la historia que conforman la simbiosis de la conciencia humana.
Pero estas palabras humildemente aristocráticas detentan una política clara expresadas en un personaje común a todos como es el General Nariño. De ahí que el autor, formule un equilibrio, una equidad en los sentimientos de los hombres a través de la poesía. Si todos poseemos iguales apetencias y admiraciones, por lo que nos rodea, absolutamente nadie puede ser superior ante los demás. La mujer es el sexo débil que debilita a los hombres. A los hombres iguales. Por eso es que el autor, no remilga del pecado de Eva en el poema Mujer ideal, y la condición masculina de estar obligado a ganarse el pan con el sudor de la frente. De ese trabajo por conquistar a la mujer difícil. Hernando Guevara Rodríguez revela en Por qué amo a una mujer: Porque es esquiva al beso/y lo hace porque teme al diablo/ y al infierno/al ángel de la guarda/, al duende o al dolor.”  
La mujer baila con distintos trajes a lo largo del pedestal de toda la obra. ¿Acaso siquiera los místicos se han atrevido a leer a un devota en calidad de mujer de Dios? Nuestro autor lo hace en A una religiosa, porque no la ve como una oponente, sino como una mujer eternamente inalcanzable, análoga al poema: A mi madre,  que reza en uno de sus versos: “No sé si en el sarcasmo de la vida/haya otro amor tan puro y tan sublime… Es ese amor de hadas que disculpa nuestras faltas, es el amor que nos hace perfectos ante los ojos maternos.
¿Pero qué más evidencia de verdad puede haber en el poema religioso? El autor Guevara rompe con las normas estructuralistas al reflejar en su obra su vida legítima de seminarista. Y en A Jesús crucificado, condena el sistema religioso retando las leyes eternales: No te cansa estar así pendiente (…) Pues no te libro. Porque Tú quisiste/cargarla a cuestas en venganza mía.  Y se purga de los falsos religiosos en Asceta: Y amo el ascetismo y por sus fines muero/ ya que no encuentro esfera dónde posar la planta. La religión de Hernando Guevara Rodríguez es como su obra, única, dadivosa, donde su dios se crucifica, se martiriza, como no lo ha vuelto a hacer ningún hombre hecho a imagen y semejanza. La Naturaleza, asunto reiterado de los románticos, despliega en Evocación al tiempo y a la vida, un encargo muy particular como es el de las “obligaciones de los seres”. El autor no intenta cantarle a las formas telúricas por su belleza superficial, sino por sus oficios entre el ambiente circundante, como la situación vivencial de La hormiga: “La mole que en sus hombros lleva a cuestas/un siglo de existencia representa.” Ese el  símbolo del trabajo que excomulga del arte la inspiración y simboliza la ardua labor del escritor. En Mariposa. Por ejemplo, más que la silueta de un vuelo sutil y pintoresco, es la encarnación del pasatiempo visual de los hombres en el centro del mundo, es dios, es el hombre mismo que dejó a tras el gusano del tiempo omiso. La mariposa es la luz, es el ovni, -¿qué poeta le ha cantado al ovni?- sobrenatural del Apocalipsis. Es la filosofía del hombre parangonada con el oficio de la criatura.
El poema Tu Filosofía, nos recuerda el expresionismo confesado por Kafka en La Metamorfosis, porque el hombre no es más queun pobre gusano que se arrastra paso/ buscando en qué posar su pobre testa.” El animal es el mayor contacto comunicativo que el hombre haya podido tener con la naturaleza: con el campo, con la vida rural, que poco a poco ha ido perdiendo su inocencia influenciada por el libertinaje instaurado en la ciudad. De ahí que en Natura el autor proclame: “En el seno del bosque hay un arrullo/que contrasta al insulto y la violencia.” Hernando Guevara, silbando y repitiendo de memoria los discursos de Gaitán, recolectando la leña en su estancia abrigada, afirma que los saludos amables de la gente de los pueblos se transforman en insultos. En el poema A Bogotá, la capital de la violencia: describe una ciudad que hay que visitar desde arriba, a 2.600 metros más cerca de las estrellas, desde el lado de Dios, con el fin de demostrar la fe por el gamín, un niño mitad hombre y mitad bestia.
Los poemas A Barbacoas, A Samaniego, A Pasto, A Madrigal, Oda a Cumbitara, -su tierra natal, donde de niño vendió panelas, de ahí su corazón dulce y dadivoso, amante de la Educación y que fundó colegios sin un peso en el bolsillo-, testimonian las memorias de un viajero sedentario del tiempo, porque donde vaya siempre tendrá en la cabeza el recuerdo estático, real, de un trozo terrenal que se encarna en las señales de las manos causadas por la pala y el azadón.
Sin duda que los lectores de esta poética que empieza, encontrarán en Evocación al tiempo y a la vida, no solo una forma distante de la naturaleza por siempre imitada de Aurelio Arturo (que como García Márquez a Colombia), ha ensombrecido tanto autor nariñense, sino que será testigo que cada verso es ajeno a cualquier mentira literaria.
¡Ahí va Hernando Guevara Rodríguez, el último romántico del sur, surcando el cielo tripulando su ovni sobrenatural!    


POESIA

CORAZON
Sin querer estar junto a tu presencia
Te llevo asido por donde yo vaya,
Como norma mortal de la existencia
Tras la sombra de un sol que ya desmaya.

Tu jadeante latir, cual la conciencia
Me acompaña sin fin con tanto anhelo
En busca del ideal y la sapiencia
Como hoy se busca la paz en claro cielo.

Tu dictamen es la ley inexorable
Que acelera a pagar grata condena
Porque el tiempo es pasaje impostergable.

Si eres el péndulo que mide la existencia
Haciéndola eventual inexorable
Solo se espera que dictes la sentencia.

¡SEÑOR!
No imploro porque sufro sin medida:
No quiero que me des algún consuelo
Porque sé que dirás desde tu cielo
“resígnate nomás vive tu vida”.

En cambio aquel que luche en la refriega
Te clama con sus manos destrozadas
Implorando tu amor, pero no llega
Quizás porque a él no alumbran tus miradas.

¡Señor!, no sé por dónde enviar mi queja;
Ya la oración en mí se hizo rutina
Que en vez de acercarse a ti se aleja…

¡Señor!, si tu bondad en mí no deja
Que sienta ese dolor en tus espinas…
Mira en el mar la barca que se aqleja…

A MI MADRE
No sé si en el sarcasmo de la vida
Haya otro amor tan puro y tan sublime
Que pueda restañar esta honda herida…
Ni cuál es el amor que nos redime…

No sé Madre querida, si es la hora
De acordarme de ti. Como en antaño
Me acordaba de ti, cuya memoria
Se renueva en mi ser año tras año.

Y sin embargo por tu amor yo vivo
En medio de este mar de sinsabores
Donde me pienso en soledad cautivo.

Y al par de comprender tantos dolores
Consuelo en tu recuerdo yo concibo
Porque eres el amor de mis amores,.

Hernando Guevara Rodríguez
(1929-2006)


Heldyn Guevara Revelo

Ipiales, diciembre de 2015


Robo, pero no soy ladrón

“No robe: al Gobierno no le gusta la competencia” (Graffiti)


Por Heldyn Guevara Revelo

Desde tiempos inmemoriales el ser humano ha sido condicionado y aún obligado a cumplir el acto de tener “algo” que ocupe el vacío de su estómago y de su entorno social. El hombre de la Edad de Piedra poseía un mazo para alimentarse y para defenderse. Pero a medida que evolucionó y que fue interactuando con otros individuos semejantes, al notar que éstos eran dueños de notables opulencias a las que no podían acceder con facilidad, embestía usando los medios posibles para arrebatar aquellas posesiones que los convertían en seres socialmente inferiores.
Y no es extraño que la palabra robar provenga de los visigodos (ibéricos, reconocidos porque hurtaban con violencia todo lo que podían), quienes la expresaban con el verbo raubon, que en el alemán moderno cambió a rauben, y que en castellano se convirtió en robar, tras pasar por el latín vulgar raubare. Luego el germano lo adoptó como raupe, es decir, ropa.
La literatura universal ha tratado la fechoría del robo como el elemento sustancial de las obras realistas. Víctor Hugo en la obra Los Miserables, personifica este acto delincuencial en Jean Valjean, un hombre que roba un pan para alimentar a su hermana y sus siete sobrinos, y es condenado inicialmente a cinco años que posteriormente se extienden a diecinueve.
¿Pero quién no ha robado por hambre, por vanidad, necesidad (no confundir con necedad), por codicia, egoísmo, envidia o por enfermedad? ¿Quién no ha practicado el negocio de robar? Los hay ladrones de confianza y ladrones de abuso. Ladrones de combustible, ladrones del sueño del vecino y los muy de moda ladrones de datos. Lo hacen algunos  niños y los padres en el supermercado. Lo hacen algunos sacerdotes cuando predican y en la noche comparten el botín de la limosna con sus bellos jovencitos. Muchas impresoras de nobles hogares imprimen con tinta de las computadoras de los estudiantes. Qué decir de los políticos o de los contratistas que sin ser ladrones roban los excedentes creados por medio de cifras falsas de los proyectos sociales ó emplean para las obras civiles materiales de muy baja calidad. Cuántos no andan exhibiendo sus lujos (porque ahora lo robado sí luce) y compitiendo con los que no tienen, creyendo que algún día su conciencia podrá superar u olvidar que lo que han obtenido ha sido producto de negocios ilícitos. ¿Y porqué no perduran las pirámides de captación de dinero? Porque en realidad no son pirámides sino flechas que apuntan hacia abajo.
El tres de mayo el alcalde de Bogotá fue suspendido de su cargo por la Procuraduría (Ministerio Público) por supuestas irregularidades en la adjudicación y ejecución de obras en Bogotá dentro del escándalo conocido como el "carrusel de la contratación", por el que su hermano, el senador Iván Moreno, también del PDA, ya está en prisión. Y por estos días también se imputaron cargos a cinco procesados por el escándalo de corrupción en el sector de la salud. Los cables dijeron: “Los imputados son: Claudia Patricia Rojas Puerta, ex coordinadora del grupo de recobros del Ministerio de Protección; Luis Andrés Ruiz Martínez, exdirector de sistemas del mismo Ministerio; y los particulares Edgar Medina Millán, Héctor Mauricio Durán Poveda y John Carlos Lemus Rodríguez, quienes deberán responder ante las autoridades por los delitos de concierto para delinquir, peculado por apropiación, cohecho propio, enriquecimiento ilícito para terceros y prevaricato por acción. De acuerdo con lo establecido por la investigación, se habría producido la apropiación de 24 mil millones 633 mil 617millones de pesos, mediante recobros inflados y a nombre de personas fallecidas, entre otros procedimientos. Según lo expuesto por el fiscal del caso, los hoy procesados supuestamente utilizaron cuentas de terceras personas para desviar los dineros que recibían de las transacciones ilegales.
Estos ladrones no tienen nada que envidiar, por ejemplo, del ladrón más famoso del mundo conocido como “Mr. One”. Ronni Biggs, fue el ladrón más admirado, el fugitivo más famoso (ausente por 35 años), el delincuente más iconoclasta y burlón del mundo. En 1963, asaltó el tren postal Glasgow-Londres cargado con el dinero que los bancos enviaban a la capital británica. Fue un golpe perfecto, calculado con precisión, que no dejó ninguna víctima fatal. Ronni Biggs, reconocido por la farse: “El trabajo apesta”,  asaltó el tren dotado con 2.631.784 libras esterlinas en billetes chicos, algo así como 60 millones de dólares de nuestros días.  “Los Sex Pistols, adalides del movimiento punk inglés, lo invitaron a cantar el tema No One Is Innocent, toda una declaración de principios. Más tarde, Biggs se relacionó con la banda alemana Die Toten Hosen y la argentina Los Violadores.”
De lo anterior, no nos sorprende (y es extraño que los
colombianos aún nos sorprendamos de alguna cosa) las cifras exorbitantes del robo, sino que se tenga esa intención maligna de atentar contra la saludo los propios hermanos colombianos. Tal vez el ego le haga creer al político que como el césar es un elegido de los dioses y no por el pueblo y por eso se otroga el honor de explotar los “bienes naturales” que le rodean. O si no veamos el concepto de corrupción: “El abuso de posiciones de poder o de confianza, para beneficio particular en detrimento del interés colectivo, realizado a través de ofrecer o solicitar, entregar o recibir, bienes en dinero o en especie, en servicios o en beneficios, a cambio de acciones, decisiones u omisiones”. 
Un día, en el bautismo de mi hija, el cura nos dijo a todos los asistentes en su sermón “El infierno está lleno de curas y políticos.” Si él lo dijo hay que creer. Curas pederastas y políticos corruptos. Cuando Caicedo Ferrer fue descubierto en su obra contra el pueblo, la televisión comunicaba que: “Todos los políticos roban, pero Caicedo ferrer se dejó coger por pendejo.”
El robo es la usurpación del bien ajeno contra la voluntad razonable de su dueño, por eso el séptimo Mandamiento: No robarás, exige respetar los bienes ajenos y pagar las deudas. Este mismo mandamiento acentúa en no quitar o retener lo ajeno contra la voluntad de su dueño y causar daño al prójimo en sus bienes. Y finalmente sus principales contravenciones tienen que ver con: no trabajar conforme al deber o trabajar mal, no pagar el justo salario a los empleados y obreros, servirse de la miseria del prójimo o de la escasez pública para acaparar o enriquecerse con injustas subidas de precio, no cumplir los deberes de propio cargo permitiendo que se perjudique al prójimo o al bien común, prestar dinero u otra cosa exigiendo un interés excesivo, engañar al prójimo en el comercio con pesos, medidas o monedas falsas, o con mercancías malogradas o averiadas; retener bienes ajenos contra la voluntad de sus dueños, sobornar o exigir coimas y colaborar en cualquier robo o injusticia contra los bienes ajenos.
Sin ser tan duros, podríamos decir que para una clase de ladrones existe una enfermedad llamada Cleptomanía o trastorno de la personalidad que lleva al robo compulsivo para satisfacer un desorden mental, donde el enfermo se percata de la gravedad de la falta una hora después de haberlo hecho; mientras que los otros, los profesionales, lo hacen por satisfacer una necesidad material, económica o social. ¿Pero cómo saber cuándo se está cerca o frente a un ladrón? Cuando se reciben continuamente adulaciones de parte del maquinador.  Finalmente, el cleptómano es más fácil de atrapar porque no empleó mucho tiempo en planear su pequeño gran golpe.
Hablando en forma figurada se puede afirmar que en Colombia algunos incendios han sido causados por los mismos bomberos. Por eso mi mente morbosa no es culpable de imaginar que todo lo que podría hacer un vendedor de ataúdes. Hemos visto desfilar muchos policías con los brazos en alto. Falsos ciegos han levantado, gracias a las limosnas, bellas mansiones con hermosa vista frente al mar. Serias cajeras han inaugurado sucursales de almacenes creando la competencia contra sus antiguos empleadores. Cuántos vigilantes han sido cómplices de desalojos de propiedades o desmantelamientos de artículos empresariales. ¿Son honrados todos los legisladores que ocupan una curul en el Congreso? Cuándo habrá otro terremoto, otra huelga u otro accidente en carretera para saquear lo poco que nos falta. ¡Oigan rescatistas no han sustraído nunca nada de los muertos tibios? ¡God-bye Petroleum of my beatiful Colombia!
Después de lo arriba conocido, ¿acaso usted también es un ladrón? Cuando yo fui partícipe o protagonista de algún caso ya mencionado, use mi experiencia delictiva para reflejarla en la literatura, porque un autor debe escribir de lo que vive. ¿Acaso un hombre disciplinado podrá escribir auténtica literatura? Jamás. Sólo será un reproductor absorbido por las influencias y un consultor permanente de la vida en las bibliotecas. Cuando yo robé por primera vez plasmé la adrenalina en el papel de una manera muy romántica escribiendo lo siguiente: “Quiero llamar tu atención como el ladrón que corre por la calle”, y: “Quiero que me recuerdes siempre como aquel que un día me prestó el dinero que yo jamás le devolveré.”
El escritor francés Jean Genet, el poeta del robo, empezó su carrera delictiva a los diez años y fue condenado diez veces. Pasó tres cuartas partes de su vida tras las rejas donde escribió su obra más reconocida Diario del ladrón. De seguro, Genet aunque dedicó su vida a sustraer bienes ajenos, jamás practicó el plagio literario, —como lo han hecho muchos escritores de corbata a quienes Rimbaud orinó muchas veces en las mesas—,  para terminar su obra que le donó su propia experiencia.      
Muchos dueños de lo ajeno aseguran con perspicacia que ellos no son ladrones porque nunca han puesto un pie en la cárcel. Por lo tanto, si fuesen sorprendidos, especialmente aquellos que tienen inmunidad diplomática, suplican que se les conceda la casa por cárcel. Casa atiborrada de objetos que no les pertenecen. Otros, añoran su casa-cárcel porque no pueden vivir en la sociedad sin quitarle un peso a nadie.
Se sugiere no malinterpretar el precepto del Concilio de Vaticano II, Gaudium et Spes, 69; Catecismo, 2448 que reza: “Desde luego, quien se halla en situación de necesidad extrema tiene derecho a tomar de la riqueza ajena lo necesario para sí.” O la teoría del hurto famélico (Feuerbach) que justifica el hurto por necesidad extraordinaria, donde el objeto del robo debe ser comestible y donde se aconseja apoderarse sin violencia no más de lo que se necesita.    
De todas formas les debemos muchos a los manilargos. Muchos de ellos dan de comer a muchas familias…de policías. Y sin ellos no existirían las películas de policías y ladrones. Y aunque se dice que quien no roba es un tonto, si usted es ladrón, no le robé a otro ladrón porque no tendrá mil años de perdón sino que podrá amanecer con la lengua de corbata. En conclusión todo ladrón, tarde o temprano culmina robándose la conciencia, y especialmente la libertad espiritual, porque "¿De que sirve al hombre ganar el mundo entero, si pierde su alma?" (Mt: 16, 26)

San Juan de Pasto, mayo de 2011.

heldynguevararevelo@gmail.com




EL REALISMO RADIOGRÁFICO

¿Arte Violento? ¿Arte de la violencia?
¡Vivimos de la violencia para morir en paz!


Manifiestos radiográficos

Por

Heldyn Guevara Revelo



¿Arte Violento? ¿Arte de la violencia?
¡Vivimos de la violencia para morir en paz!

¿Arte Violento? ¿Arte de la violencia? Lo que fuese. ¡Vivimos de la violencia para morir en paz! Vivimos muertos de miedo para nacer valientes. Y salir a mover el esqueleto por las calles es una aconsejable estrategia de evasión de la inquietud por menoscabar los mal parados compromisos. Viajar a través de las zonas verdes o realizar actividades pedestres, como leer el diario en los andenes o en las bancas de los parques, son terapias sociales que dan holganza a las especulaciones irracionales. Leer el periódico bajo la luz de la locomoción, son la fusión de dos labores de una usanza complaciente que está al tanto de la realidad por medio del ejercicio, porque generalmente las malas noticias, las aventureras, las que más distraen, se escriben con los dedos en el gatillo.
Es sugestivo releer los asesinatos de las primeras planas y concluir que los méritos de la inteligencia militar se deben a los desplazamientos tácticos de la inteligencia criminal.
Es atrayente la imagen a todo color de la muchachita con una disección en su vagina prolongada hasta su frente. Tanta imagen maravillosa sí puede ser verdad. El colombiano ya tuvo suficiente para volverlo sensible al placer y al dolor, para que nazcan en él ideas, deseos, hábitos y destrezas de todo género. Hoy en día, la imagen representa la condensación reductora del trabajo analítico e interpretativo del lector, del oyente y del televidente. Los titulares de la prensa escrita se deleitan plasmando argumentos innombrables en otras épocas. El Sensacionalismo viene perdiendo su vago nombre en este país cuyo rojo de la bandera está aventajando en una franja al amarillo.
Las imágenes sangrientas encabezadas por inmensos anuncios desmesurados, son el imán del sobresalto perecedero de los transeúntes que parecen no extrañarse que un padre, por ejemplo, haya violado a su hija, o que un psicópata esté asesinando a cincuenta personas con la culata de una escopeta. El sensacionalismo, ya no necesita de un detector de mentiras, que controle y regule la verdad periodística. Ahora más que nunca el sensacionalismo es para el periodismo lo que la literatura es para la crónica, pero con la providencia histórica y la profundidad psicológica de los términos.
La hiperbolización del lenguaje, constituye una exposición esencialmente de hechos que rebozan optimismo. De esa representación artística de la carne en átomos volando, de órganos colisionando, que yo llamo como Realismo Radiográfico. El Realismo Radiográfico, con el poder científico-literario de los Rayos Röetgen,  nace de la decadencia del Sensacionalismo, donde "Ya no hay nada in-creíble" y surge como una reacción a la violencia en el país. Su esencia teórica se sustenta en la descripción interna de las cosas físicas en la búsqueda de exteriorizaciones anímicas con  purificación de conciencias. El Realismo Radiográfico no contiene persuasiones surrealistas ni  sadomasoquistas. No vegetamos de la pesadilla ni adaptamos artificios a la carne diseccionada por sus asesinos, aunque vivamos emocionalmente de ellos. Obtenemos de la sangre la materia para plasmar la intolerancia nacional. Y de la carne segmentada el carácter para sostener la indiferencia estatal frente a los abusos de dictadores individuales, pastores abrigados con piel de hienas.  
Piernas amputadas, implantes a medio hacer, la orografía de las siliconas o tesoros antipersonales. Diríamos que el Marqués de Sade es el fundador original del Realismo Radiográfico, en el sentido metafórico de la expresión y sus componentes creativos, pero al margen del gozo interpretativo del lector/espectador, a quienes se ofrecen en bandejas tirajes corporales desvencijados. La extinción del Sensacionalismo arrastra consigo la época dorada del Materialismo. Quien vea primero ya no compra primero. Porque ninguna foto sangrienta impacta tanto en el receptor. Ya no hay nada increíble. Todo es posible. El fatalismo pluralista ya no sumerge al lector en un mar de ascuas bañado por olas amargas de dudas.
 El Realismo Radiográfico entra a edificar los defectos de los violentos. La mente recia y quebrantadora del artista plasmará una realidad con perspectivas pacificadoras. La exterioridad de la noticia sensacionalista ya no será más una tragedia sin purificación exterior, destinada a la venta y no a la reflexión colectiva. Es una cualidad temporal, consecuencia de la velocidad visual de estos tiempos. ¿Existe creatividad en el sensacionalismo? No. Jamás. Y hay que diferenciarlo claramente de la Publicidad, en donde su fin, aunque netamente mercantilista, le deja al consumidor el sabor de una lúcida moraleja.
El humor, signo de una mente inteligente, irriga las imágenes que varían de acuerdo al estilo del producto. Aquella concepción pragmática del sensacionalismo, hace uso de la visión mal preparada y pasajera de una especie de lectores que poco o raras veces contribuyen al mejoramiento de las situaciones embarazosas sufridas incluso por ellos mismos y la sociedad. La violencia, es el arma didáctica de este tipo de periodistas que adiestran a sus lectores por medio del dolor, la sangre, el escándalo, el chisme vulgar, la pornografía, la abolición de la vida privada, convirtiéndolos en adictos de sus propios dolores. Sus sentidos se enmarañan y se barajan.
El sonido de los golpes retratados en los ojos amoratados y tumefactos de las víctimas se transforma en conclusiones fragmentadas, sin ilación, acerca de lo que verdaderamente ha sucedido en el lugar de los hechos. Los ojos cuadrados frente al primer impacto visual de la televisión, a los comentarios extraoficiales de los presentadores de noticias que buscan rating en lugar de una sana información. Los rostros bellos de las mujeres que embellecen la pantalla leyendo noticias aprendidas de memoria. Piernas largas y bien afeitadas que se abren y se cierran en medio de las cosas secretas, que a nadie ayudan a contrarrestar el estrés ni la fatiga desesperante de sentarse en los parques a ver pasar muchachitas abusadas de mil maneras por las calles. Y qué hay de los combates radiales. ¿Y de pasar una tarde con periodistas que crean un programa de línea abierta para amas de casa con quienes comentan temas relacionados con la infidelidad y el abandono de hogar?
¡Sí que está arriba la explotación audiovisual de algunos medios de comunicación que viene haciendo de nosotros unos entes que de un simple comentario narramos una completa exageración! Ahora nos ocultamos en la bolsa de la hipérbole marsupial. Sólo nos queda decir adiós a la reflexión. Al arte. Al humor. Adiós a leer el periódico en familia. Adiós a la confianza. Al optimismo. Al idealismo con identidad. Adiós a la realidad de realidades. Adiós a los flacos de los cuadros y bienvenido el obeso periodismo sin razón. Cualquier parecido del Sensacionalismo con la realidad ya no es mera coincidencia.


I TEXTO RADIOGRÁFICO
Muevo el espejo retrovisor y me contemplo de la frente al mentón y de oreja a oreja. Las ganas de verme hacen que el espejo crezca de mi tamaño. Aunque me he dado cuenta que cuanto más me miro, menos me quiero. Unto los dedos con un poco de saliva y pego a mi frente algunos cabellos que, al principio de mi vejez, quieren huir de mi cabeza. Debo arreglarme. Lo exterior demuestra la coherencia mental. Vestirme a la moda actual, perfumarme con loción de marca y asentarme el cabello con gel para que brille como la cabeza de los admirados e iluminados, conforman una provechosa subvención para que me acepten en todas partes. Mi espejo lo sabe. Me comprende. Es tan fiel a mis principios de identificación que sólo tiene ojos para mí. Me disecciona por fuera y me escucha por dentro. Me peina, me ablanda la piel con agua de mis pupilas y me desuella soplando aire nativo de mi habitación. Al ver los pétalos desprenderse y resbalar de mi epidermis por el laberinto de mi esqueleto me hace recordar con vello legítimamente erizado los labios morados de Margarita pendiendo siempre de la soga marcada en la papada del cuello de mi hija. Pero el deseo no puede traspasar las puertas falsamente abiertas para rasgar el umbral de la dermis e irse a acostar sobre el éxtasis oscuro de la hipodermis. El amor no existe, en la piel. No late. No hincha los lascivos tatuajes. No son amores las cobijas de vellos de mi piel entretejidos por cutículas limadas. La carne no entiende el placer de la mente. Sin embargo, el espejo es noble atrevido al contemplar mi pene y alargármelo tres centímetros más, amplificándolo del prepucio, y de pegar mis orejas a la cabeza y respingar el cartílago de mi tabique que huele a mal. A pesar del calor, mi traje de vellón parece no fastidiarme. Tampoco el hecho de que no sea del agrado primoroso de las transeúntes a quienes voy a acosar. De las Indias amoldadas a los rostros pentagonales, de ojos rasgados con bocas extremadamente babeantes y desencajadas. Entonces, para darles gusto, y para evitar conflictos con los transeúntes, el espejo me estira el cigomático mayor y extiende hacia los extremos el masetero que sostuvo por tanto tiempo la pose de mis dedos intelectuales índice y medio. Templa diagonalmente el omohioideo comprimido de mis épocas de cigarrillo y empalma el orbicular desvelado de mis párpados. Luego redondea el triangular extendido a causa de mis besos tozudamente vulvianos; y para probar mi eficacia, deja arrastrarse por el externohioideo tres gotas de jarabe salival exento de burbujas. Pero descubre que escondo en la silueta roja una contracción generalizada que palpita laberíntica por todo mi cuerpo y que la carretera del esternocleidomastoideo, que me había hecho derrumbar tantas veces sujeto sólo de la sanguijuela labial de progesteronas papilas, proviene de los caminos destapados del temporal yendo a desembocar en la glorieta grande del pectoral que ha aplastado tantos cerros de generosos pezones. El espejo me hace contemplar los deltoides que cargaron las manos fragantes, analíticas, aprobadoras y suaves de aquellos instantes lentos, infinitos, contendidos en el principio del cerrar de ojos, antes del pasmo del beso consumador de la nueva conquista. Ruedan por mis tríceps decenas de pares de ojos sorprendidos y hermosos de muchas admiradoras de mis comerciales. Tirones dorsales del desespero, que pasearon meses después el fardo de una bebé, arrastraron los pliegues de mis glúteos para dirigir el impulso desde la aponeurosis. Las muñecas oprimidas en el glúteo medio que derrocaron decenas de clítoris, que volvieron a erguirse con las subacometidas del glúteo mayor. Y cuando bajaba encadenado del trapecio al aljibe de cuerpos cavernosos, aprendía cómo soportar las succiones de bocas extranjeras en el cinturón del pectíneo, que desde el dorsal lanzaba una dentellada eléctrica hasta mis atléticos gemelos que contenían y exhibían todas mis capacidades al hincharse cada vez que me apoyaba de los ribetes del colchón para impulsar amor hecho bombeo desde las puntas de las falanges inertes de los dedos. Hasta ver desvanecerse sobre mis pectorales manchando con su cabello negro la línea del alba, arrebatando un sorbo mineral a las raíces de mi ombligo. Finalmente el espejo sonríe porque no estoy conforme con mis dientes superiores que ablando al morderlos con los maxilares inferiores. El estado muscular y deseoso de mi cuerpo se refleja en las arrugas de mi rostro. ¿Dónde andará mi corazón? Recibo del espejo que me lanza al aire mis intestinos, los que desenrolla para volverlos a encorsetar como ropa en valija estrecha. ¿Qué otra cosa pueden hacer mis uñas asesinas?... Sacar para brillar en la solapa el hígado, el páncreas y para sentarme en el estómago que ha aumentado las dimensiones de tu abdomen. Mi joven panza que ha empezado a acumular grasa lo implora. Mi columna vertebral de 66 centímetros, los 10 de la pelvis, los 29 del fémur, los 8 de la rótula, los 40 de la tibia, los 5 del calcáneo y un cráneo de 15 me hacen ver que tengo una estatura de un hombre común con la corriente que corre de arriba a abajo teniendo que parecerme a las fisonomías mongólicas de los antepasados. Y no es que quiera el espejo hacer de mi un hombre vanidoso. Es que está convencido que cada día que pasa, las mujeres en Colombia nacen más ardientes.

TEXTO II

Desfigurada

Me dicen que no eres bella
Que no atraes, que eres fea
Que eres estúpida, corrompida y sucia
Duermes como una santa
Pero tientas como una hechicera
Todo es verdad y me da pena
Voy a escapar de la mente de mis amistades
Y como del corazón sacarte no puedo
Ni tirarte a la calle como a un perro
Voy a arreglarte a mi gusto y manera
No serás mala por dentro, aunque muy buena por fuera
Con una botella de ginebra te rompo la cabeza
Te anudo de pies y manos y amordazo tus dientes
Para que no te desfigures con las uñas
No te ablandes los dientes ni te remuerdas los labios
Para que de mis cuerdas bucales no vivas colgada
No te abras las venas con claves de caja fuerte
Ni desbordes el río llorando al filo del puente
De raíz te arranco pelo a pelo
Y un pelo arranco de las rubias con quienes duermo
¡Mira qué cabellera de Marilyn Monroe te trenzo!
Las cejas de Salma Hayek sin tregua camino
Los ojos por E-Mail de Cristina Aguilera recibo
Para respingar tu nariz Alissa Milano me olfatea
Para trazar tu boca Angelina Jolie me besuquea
Y tus senos, no hay discusión, serán de Mamábuela
Te veré danzar con el culo de Shakira
Pero debo ser democrático: 
Jennifer López te alquilará el caminado
Entonces, cuando estés toda completa
Nadie dirá que estás muerta
Y al fin, con un soplo, podré llamarte Conciencia.

TEXTO III

"Mi pata no es de palo, sino de rejo."
Carlos Dorado (Medellín).


TEXTO IV

"Con la nariz que he me han cosido en la mano, sé a quien has  juzgado."
Jorge Flétcher (Cali).

TEXTO V
"El día que encontré un corazón en el basurero, supe que el amor es un apellido, porque no existe nombre que quiera hacerse cargo."
Heldyn Guevara Revelo (Pasto)



INTERVENCIÓN DE LOS CRIMINALÍSTICOS EN EL PROCESO PENAL



 

 

intervención de los criminalísticos


en el proceso penal


Por


Heldyn Guevara revelo

 

 

La criminalística es utilizada por el derecho penal como herramienta para el descubrimiento, explicación, prueba de delitos y en la verificación de los autores y víctimas, valiéndose de conocimientos científicos y aplicando procedimientos y técnicas para reconstruir los hechos materia de investigación.
Para sustentar lo anterior, el Código de Procedimiento Penal ordena que las autoridades apoyadas con los criminalísticos “realizarán de inmediato todos los actos urgentes, tales como inspección en el lugar del hecho, inspección de cadáver, entrevistas e interrogatorios. Además, identificarán, recogerán, embalarán técnicamente los elementos materiales probatorios y evidencia física y registrarán por escrito, grabación magnetofónica o fonóptica las entrevistas e interrogatorios y se someterán a cadena de custodia.” (Art. 205 C.P.P.)[1]

Esta herramienta de desarrollo de la instrucción penal, genera las pruebas que pueden aportar para esclarecer un delito, sean éstas de cargo o descargo, o simplemente demuestren la falta de pericia en el desarrollo de recolección de pruebas que según sea el caso podrían terminar con la invalidez del elemento probatorio que pudieran aportar con sus investigaciones.

Todos estos procedimientos facilitan las decisiones jurídicas y penales en acciones de inocencia o culpabilidad. Es ahí donde el rol de los criminalísticos es fundamental en un proceso penal, donde el “experto”, de la criminalística ayuda a esclarecer los delitos.

Para los recursos estipulados en el Código de Procedimiento Penal en la relación con el Libro II, que lleva como título las Técnicas de Indagación e investigación de la Prueba y Sistema Probatorio, la Criminalística influye directamente en las acciones técnico-científicas interviniendo con el uso del Manual una serie de mecanismos particulares como lo afirma el siguiente artículo del código en mención:

Inspección del lugar del hecho. Inmediatamente se tenga conocimiento de la comisión de un hecho que pueda constituir un delito, y en los casos en que ello sea procedente, el servidor de Policía Judicial se trasladará al lugar de los hechos y lo examinará minuciosa, completa y metódicamente, con el fin de descubrir, identificar, recoger y embalar, de acuerdo con los procedimientos técnicos establecidos en los manuales de criminalística, todos los elementos materiales probatorios y evidencia física que tiendan a demostrar la realidad del hecho y a señalar al autor y partícipes del mismo. (Artículo 213. C.P.P.).

Los criminalísticos deben estar preparados incluso para intervenir en procesos científicos avanzados como lo expresa el artículo siguiente:

Exámenes de ADN que involucren al indiciado o al imputado. Cuando la policía judicial requiera la realización de exámenes de ADN, en virtud de la presencia de fluidos corporales, cabellos, vello público, semen, sangre u otro vestigio que permita determinar datos como la raza, el tipo de sangre y, en especial, la huella dactilar genética, se requerirá orden expresa del fiscal que dirige la investigación.” (Art 245. C.P.P.).


En la Parte III del Código de Procedimiento Penal, referente la prueba pericial, de la Procedencia, el artículo 405 ordena: “la prueba pericial es procedente cuando sea necesario efectuar valoraciones que requieran conocimientos científicos, técnicos, artísticos o especializados”. De esta manera, el Criminalístico, más que un investigador y recolector de pruebas entra a intervenir en las audiencias donde será interrogado y a la vez puede ser refutado en defensa del acusado. “Comparecencia de los peritos a la audiencia. Las partes solicitarán al juez que haga comparecer a los peritos al juicio oral y público para ser interrogados y contrainterrogados en relación con los informes periciales que hubiesen rendido, o para que los rindan en la audiencia”. (Artículo 412. C.P.P.).


Para concluir diría que para que un criminalístico obtenga el éxito o el logro deseado en su intervención científico-técnica en el proceso penal, en relación con las pruebas y sea admisible en el juicio, como lo explica el Artículo 422, se “exigirá como requisito que la base científica o técnica satisfaga al menos uno de los siguientes criterios:

1. Que la teoría o técnica subyacente haya sido o pueda llegar a ser verificada.
2. Que la teoría o técnica subyacente haya sido publicada y haya recibido la crítica de la comunidad académica.
3. Que se haya acreditado el nivel de confiabilidad de la técnica científica utilizada en la base de la opinión pericial.
4. Que goce de aceptabilidad en la comunidad académica.





































BIBLIOGRAFIA

- Código de Procedimiento Penal.  Diario Oficial 45658 de septiembre 1 de 2004




[1] Código de Procedimiento Penal.  Diario Oficial 45658 de septiembre 1 de 2004 

Potencialidades y falencias de Colombia frente a Chile y Brasil
 en materia de Emprendimiento Dinámico

Por

Hedyn Guevara Revelo


Para argumentar de manera particular las potencialidades y falencias de Colombia, en materia de emprendimiento, frente a Chile y Brasil, nos focalizaremos en sus políticas más diferenciadoras en relación con la presencia de programas de innovación y crecimiento económico desarrollados desde el arranque en los primeros años, sus consolidaciones  y cómo han logrado sobrevivir de manera significativa en relación con otros países latinoamericanos. En consecuencia, para abordar de manera clara este paralelo relacionado con el emprendimiento dinámico,  es necesario definir en primera instancia sus conceptos.
Podríamos adoptar la idea de Emprendimiento como el Ritmo de crecimiento superior al promedio de la actividad en la cual se inserta la nueva empresa, con un rápido crecimiento operativo (dinámico). Y el método para detectar la capacidad de emprendimiento en la economía de un país, la obtenemos mediante la diferenciación y la innovación de modelos de negocio como los espacios más comunes en los cuales se verifica el surgimiento de nuevas empresas dinámicas.[1]
Para nadie es nuevo aducir que a nivel internacional, las economías de América Latina, los sistemas de innovación son débiles y la innovatividad de las empresas es baja.¹ Sin embargo, apreciamos que los Países hermanos de Chile y Brasil arguyeron que la actividad emprendedora requería del apoyo de políticas en alianzas público-privadas con organismos internacionales con apreciaciones muy diferentes a la Privatización totalitaria como se viene presentando en Colombia, donde la microempresa se desarrolla, en muchos casos de manera ilegal.   
  Los sistemas nacionales de emprendimiento  de Chile y Brasil se inspiraban en la creación del emprendimiento con una perspectiva de naturaleza sistémica y evolutiva (kantis et al., 2004) En esta parte, los dos países se propusieron identificar los contrastes entre las condiciones sistémicas existentes en los países de la región y en los países desarrollados, donde en estos últimos, las condiciones sistémicas para el emprendimiento siempre habían sido más favorables. La observación impuesta por los investigadores de emprendimiento  detectaron la existencia de fallas en el funcionamiento de los mercados en los distintos factores que incidían sobre el proceso emprendedor en materia de financiamiento, recursos humanos, información, servicios profesionales,  en las distintas etapas de gestación, puesta en marcha y desarrollo temprano.
El caso de Brasil, La Financiadora de Estudios y Proyectos (FINEP) programas INOVAR, PRIME (Primera empresa Innovadora), fomentaron el desarrollo emprendedor dinámico e innovador a partir de una serie de fondos y programas (SEBRAE), dirigidas a “micro, pequeña y mediana empresa.” En esta parte, en relación con Colombia y la estratificación empresarial, Brasil desarrolla un sistema evolutivo en tres categorías empresariales, pensando sabiamente en el crecimiento y el cimiento. Observamos que este país, desarrolló 2 programas en el arranque frente a la nulidad de nuestro país; 2 programas de innovación  y un programa para la asistencia técnica, préstamos y subsidios respectivamente.  En Brasil, la presencia del Gobierno fue de 3 a 1 frente a Colombia, pero se rescata para este último la fortaleza de superación en Capacitación gracias al apoyo que tuvo con la Universidad de Antioquia.
La experiencia de chile en iniciativas públicas y privadas desde el año 2000 los convierte en pioneros y líderes competentes en materia de emprendimiento dinámico. Aunque la falta de un flujo continuo de proyectos innovadores  para ser invertidos y la 4ausencia de una industria adecuada de capital de riesgo, Chile empezó con 9 programas de Arranque frente a 2 y ninguno de Brasil y Colombia respectivamente; 8 programas de innovación frente a 2 y uno de los países en mención; 5 programas de subsidio frente a 1 y 1; 4 programas de plataforma institucional ante 1 de Brasil y 2 de Colombia y 7 programas de intervención gubernamental ante 3 de Brasil y uno de nuestro país.
Además es importante resaltar que Chile lanzó en el 2002 el programa Operación de Incubadoras de Negocios, que consistía en un subsidio no reembolsable de US$ 470.000 anual por proyecto con un tope máximo de hasta 75% del costo total del proyecto. El país austral financiaba en programas de gestión y operación, capacitación del personal, plan comunicacional  y de difusión y mejoras en las tecnologías.

En la Ciudad de Medellín con una experiencia de 5 años menos frente a Chile y Brasil, la cultura de emprendimiento y el apoyo a la formación y desarrollo de nuevas empresas se enmarcaron en el programa Cultura E, que crea y desarrolla nuevos actores así como alianzas estratégicas entre diferentes instituciones.  Los colombianos fomentaron la cultura de sensibilización y formación a través de la capacitación, donde se brindaban las herramientas para la detección de oportunidades y desarrollo de negocios y el protagonismo de talleres de simulación de problemáticas propias identificando capacidades de liderazgo, trabajo en equipo, pensamiento sistémico y orientación al logro.
            En conclusión, podemos afirmar que aunque Colombia ocupa los últimos lugares en materia de educación, el emprendimiento puede generar nuevos oportunidades de superación socio-económica del país, siempre y cuando, como Chile y Brasil, el gobierno apoye ensanchando la base de emprendedores, facilitando la concreción de proyectos avanzados, desbloqueando el potencial y por supuesto, acelerando el crecimiento de empresas jóvenes, siendo solidario frente a la voracidad de la invasión de las multinacionales y la privatización totalitaria.















                                                          




[1] ¹KANTIS, Hugo y otros. Políticas de fomento al emprendimiento dinámico en América Latina. Tendencias y desafíos. Prodem. Agosto 2012.



La humanización de las máquinas

o la abolición  de la mano de obra

Por Heldyn Guevara Revelo

Un día de octubre del año de 1984 la aparición de un film sobrehumano, llamado Terminator, impactó al mundo entero por los alcances atrevidos y porfiados de la ciencia a los que había llegado. Aunque era solo una película, Arnold Schawarzenegger —con una fisionomía del superhombre personificando a una máquina asesina carente de emociones, con un endoesqueleto metálico recubierto con una capa exterior de tejido vivo semejante al del ser humano— vaticinó uno de los muchos errores científicos que podrían afectar a la humanidad en un futuro.  
Quiero abordar este ensayo exponiendo que la audacia científica de los robots junto con la clonación no son las únicas preocupaciones de los seres humanos, sino el desplazamiento laboral del hombre generado por la máquina creada por el mismo hombre. Todos nos maravillamos por las máquinas que agilizan nuestras labores diarias: licuadoras, impresoras, computadoras, celulares, y muy pronto, por causa de la velocidad incontrolable de la sociedad de consumo, no encontraremos sin duda frente a una máquina que reemplazará a las mascotas.
Pero, entonces, ¿qué sucederá con la sociedad obrera que perderá sus trabajos y que a la vez no podrá adquirir estas máquinas para tripular la tierra en su movimiento de tecnología supersónica? El hombre es consciente de que la máquina lo supera en efectividad laboral en una producción en serie constante, incansable y rápida. Un obrero sabe que la hora que emplea en llenar con tierra una volqueta son 10 minutos para una retroexcavadora. Entonces, mi manifiesto consiste en llamar la atención a los organismos encargados de la producción mecanizada que no cometan el error de olvidarse de los “hombres del trabajo” de manera definitiva.
Las primeras formas de protesta obrera se detectan en Gran Bretaña en la segunda década del siglo XIX cuando se instigaba hacia la destrucción de la maquinaria que había dejado sin trabajo a los obreros de una empresa textil. Para tomar conciencia de lo que se avecina es importante reconocer los conceptos y las magnitudes que posen los sistemas económicos como el Capitalismo:

Con el desarrollo del maquinismo asistimos a la implantación de un nuevo sistema económico: el capitalismo, que se caracteriza por la propiedad privada de los medios de producción, lo que supone que el que posee el capital (no sólo dinero, sino también locales, máquinas y materias primas) organiza y controla toda la producción. Se trata de una nueva organización de la vida económica, que se extiende al ámbito de lo social y político.”[1]

El anterior argumento, que es similar a muchos que se publican en la red, no es nada nuevo, porque todos sabemos de las ventajas laborales que nos dan las máquinas. Pero si lo analizamos con detenimiento nos damos cuenta que ostenta además un triunfo de las máquinas sobre la mano de obra y el éxito en la reducción de costos de producción, pero también la constitución futura del poder gracias a la fuerza de las máquinas.
Se dice que quien no conoce la historia corre el riesgo de repetirla y que solo los necios cometen los mismos errores buscando efectos diferentes. Entonces, no debemos olvidar las consecuencias dejadas por la Revolución industrial que provocó: la aparición de la burguesía y del proletariado, proliferación de la maquinaria, aumento del desempleo y de la delincuencia; surgimiento del Ludismo (Ned Ludd) movimiento obrero que destruía las máquinas y la explotación salarial.
Sin embargo, somos conscientes que si no podemos con el enemigo representado en la máquina, creo que los científicos y los consumidores debemos unirnos a él programándola para el bienestar sin darle un uso totalizador. No debemos olvidar que la máquina es manejada por nosotros y que la máquina no nos maneja a nosotros.  
El escritor Ruso Isaac Asimov (1.920-1992), autor de obras de Ciencia Ficción conocidas como Yo, Robot y La Máquina del tiempo, conoció tanto de las máquinas y en especial de los robots, que promulgó en El joven centenario los Principios de la Robótica, como una forma de asistencia en oficios de cuidado para el ser humano, pero también de prevención en su probable desborde incontrolable de inteligencia. Veamos los principios:

 

“Principios de la Robótica:

Los tres principios o leyes de la robótica según Asimov son:
• Un robot no puede lastimar ni permitir que sea lastimado ningún ser humano.

• El robot debe obedecer a todas las órdenes de los humanos, excepto las que contraigan la primera ley.

• El robot debe autoprotegerse, salvo que para hacerlo entre en conflicto con la primera o segunda ley.”[2]


Como conclusión, debemos sugerir a los empleadores que dentro de sus intereses político-sociales deben considerar para los despidos injustificados, que ellos mismo son trabajadores y que no usen como pretexto los trabajos inhumanos de fuerza para usar las máquinas y despedir a los empleados. Los representantes empresariales deben emplear estrategias más humanistas, reduciendo al menos el número de horas laborales y crear nuevos cargos en control y mantenimiento de la maquinaria por los mismos empleados reemplazados, próximos a despedir. Sólo así el hombre no vería a la máquina como un mal necesario y como la acaparadora de su salario, por que el trabajo es para el ser humano como una necesidad fisiológica. El hombre necesita del descanso para pensar y planear qué hacer después de su trabajo. Una máquina no. El hombre fue creado para que establezca un dominio y un cuidado sobre sus bienes y la tierra.
El trabajo dignifica al hombre porque obedece normas y delega funciones de liderazgo. Porque sabe reconocer que un jefe manda y un líder sirve. Porque el trabajo ha demostrado que muchos se hacen jefes no por sus máquinas sino por sus empleados. Y que esos mismos empresarios han llegado al éxito por una asesoría autodidacta de un viejo y sabio asalariado. Ser humanista es ser sensible sin tener que perder el carácter para negar lo que no conviene. 

Heldyn Guevara Revelo
Pasto, Nariño, Colombia
2014
©













BIBLIOGRAFIA


*      ESCALONA, Iván. El hombre y el robot a la búsqueda de la armonía. www.monografias.com


*      ASIMOV , Isaac. El joven centenario. Principios de la Robótica. www.buenastareas.com.


*      Visión. Proyecto Educativo Universitario Lasallista (PEUL):





[1] ESCALONA, Iván. El hombre y el robot a la búsqueda de la armonía. http://www.monografias.com/
[2] ASIMOV, Isaac. El joven centenario. Principios de la Robótica. www.buenastareas.com.