Potencialidades
y falencias de Colombia frente a Chile y Brasil
en materia de Emprendimiento Dinámico
Por
Hedyn
Guevara Revelo
Para
argumentar de manera particular las potencialidades y falencias de Colombia, en
materia de emprendimiento, frente a Chile y Brasil, nos focalizaremos en sus
políticas más diferenciadoras en relación con la presencia de programas de
innovación y crecimiento económico desarrollados desde el arranque en los
primeros años, sus consolidaciones y cómo
han logrado sobrevivir de manera significativa en relación con otros países
latinoamericanos. En consecuencia, para abordar de manera clara este paralelo
relacionado con el emprendimiento dinámico,
es necesario definir en primera instancia sus conceptos.
Podríamos
adoptar la idea de Emprendimiento como el Ritmo
de crecimiento superior al promedio de la actividad en la cual se inserta la
nueva empresa, con un rápido crecimiento operativo (dinámico). Y el método
para detectar la capacidad de emprendimiento en la economía de un país, la
obtenemos mediante la diferenciación y la innovación de modelos de negocio como
los espacios más comunes en los cuales se verifica el surgimiento de nuevas
empresas dinámicas.[1]
Para
nadie es nuevo aducir que a nivel internacional, las economías de América
Latina, los sistemas de innovación son débiles y la innovatividad de las
empresas es baja.¹ Sin embargo, apreciamos que los Países hermanos de Chile y
Brasil arguyeron que la actividad emprendedora requería del apoyo de políticas
en alianzas público-privadas con organismos internacionales con apreciaciones
muy diferentes a la Privatización totalitaria como se viene presentando en
Colombia, donde la microempresa se desarrolla, en muchos casos de manera
ilegal.
Los
sistemas nacionales de emprendimiento de
Chile y Brasil se inspiraban en la creación del emprendimiento con una
perspectiva de naturaleza sistémica y evolutiva (kantis et al., 2004) En esta
parte, los dos países se propusieron identificar los contrastes entre las
condiciones sistémicas existentes en los países de la región y en los países
desarrollados, donde en estos últimos, las condiciones sistémicas para el
emprendimiento siempre habían sido más favorables. La observación impuesta por
los investigadores de emprendimiento
detectaron la existencia de fallas en el funcionamiento de los mercados
en los distintos factores que incidían sobre el proceso emprendedor en materia
de financiamiento, recursos humanos, información, servicios profesionales, en las distintas etapas de gestación, puesta
en marcha y desarrollo temprano.
El
caso de Brasil, La Financiadora de Estudios y Proyectos (FINEP) programas
INOVAR, PRIME (Primera empresa Innovadora), fomentaron el desarrollo
emprendedor dinámico e innovador a partir de una serie de fondos y programas
(SEBRAE), dirigidas a “micro, pequeña y mediana empresa.” En esta parte, en
relación con Colombia y la estratificación empresarial, Brasil desarrolla un
sistema evolutivo en tres categorías empresariales, pensando sabiamente en el
crecimiento y el cimiento. Observamos que este país, desarrolló 2 programas en
el arranque frente a la nulidad de nuestro país; 2 programas de innovación y un programa para la asistencia técnica,
préstamos y subsidios respectivamente.
En Brasil, la presencia del Gobierno fue de 3 a 1 frente a Colombia,
pero se rescata para este último la fortaleza de superación en Capacitación
gracias al apoyo que tuvo con la Universidad de Antioquia.
La
experiencia de chile en iniciativas públicas y privadas desde el año 2000 los
convierte en pioneros y líderes competentes en materia de emprendimiento
dinámico. Aunque la falta de un flujo continuo de proyectos innovadores para ser invertidos y la 4ausencia de una
industria adecuada de capital de riesgo, Chile empezó con 9 programas de
Arranque frente a 2 y ninguno de Brasil y Colombia respectivamente; 8 programas
de innovación frente a 2 y uno de los países en mención; 5 programas de
subsidio frente a 1 y 1; 4 programas de plataforma institucional ante 1 de
Brasil y 2 de Colombia y 7 programas de intervención gubernamental ante 3 de
Brasil y uno de nuestro país.
Además
es importante resaltar que Chile lanzó en el 2002 el programa Operación de
Incubadoras de Negocios, que consistía en un subsidio no reembolsable de US$
470.000 anual por proyecto con un tope máximo de hasta 75% del costo total del
proyecto. El país austral financiaba en programas de gestión y operación,
capacitación del personal, plan comunicacional
y de difusión y mejoras en las tecnologías.
En
la Ciudad de Medellín con una experiencia de 5 años menos frente a Chile y
Brasil, la cultura de emprendimiento y el apoyo a la formación y desarrollo de
nuevas empresas se enmarcaron en el programa Cultura E, que crea y desarrolla nuevos actores así como alianzas
estratégicas entre diferentes instituciones.
Los colombianos fomentaron la cultura de sensibilización y formación a
través de la capacitación, donde se brindaban las herramientas para la
detección de oportunidades y desarrollo de negocios y el protagonismo de
talleres de simulación de problemáticas propias identificando capacidades de
liderazgo, trabajo en equipo, pensamiento sistémico y orientación al logro.
En conclusión, podemos afirmar que
aunque Colombia ocupa los últimos lugares en materia de educación, el
emprendimiento puede generar nuevos oportunidades de superación socio-económica
del país, siempre y cuando, como Chile y Brasil, el gobierno apoye ensanchando
la base de emprendedores, facilitando la concreción de proyectos avanzados,
desbloqueando el potencial y por supuesto, acelerando el crecimiento de
empresas jóvenes, siendo solidario frente a la voracidad de la invasión de las
multinacionales y la privatización totalitaria.
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